martes, 18 de mayo de 2021

El Chino de Hennig Mankell es un explosivo retrato de nuestro mundo globalizado.

Henning Mankell es conocido en todo el mundo por su serie de novelas policiacas protagonizadas por el célebre inspector Kurt Wallander, traducidas a cuarenta y dos idiomas, aclamadas por el público, merecedoras de numerosos galardones (como el II Premio Pepe Carvalho) y adaptadas al cine y la televisión (entre otros, por el actor Kenneth Branagh). 

Tusquets Editores ha publicado la serie completa (compuesta por Asesinos sin rostro, Los perros de Riga, La leona blanca, El hombre sonriente, La falsa pista, La quinta mujer, Pisando los talones, Cortafuegos, Huesos en el jardín, El hombre inquieto y La pirámide) junto a otras trece obras, entre ellas el thriller titulado El chino y el relato memorialístico Arenas movedizas.


Trama.


Una helada mañana de enero de 2006, un fotógrafo hace un descubrimiento aterrador: en el pueblecito sueco de Hesjövallen aparecen brutalmente asesinadas diecinueve personas. 

La policía sospecha que es obra de un perturbado; pero la jueza Birgitta Roslin, que se interesa por el caso en cuanto sabe que entre las víctimas figura la familia adoptiva de su madre, sostiene otra teoría. Una cinta de seda roja encontrada en la nieve le pone en la pista de un sospechoso llegado de fuera, y de una inquietante trama oculta que parece arrancar en Pekín.

Birgitta ignora que todo se remonta a una vieja historia del año 1860, cuando miles de chinos fueron llevados a Estados Unidos a trabajar casi como esclavos en la construcción del ferrocarril en la costa oeste. 

Las consecuencias de esa dramática odisea, encarnada en los descendientes de los hermanos Wu, San y Gou Si, llegan hasta la conflictiva pero poderosa China del siglo xxi, donde cruentas luchas de poder en el seno del Partido Comunista Chino están decidiendo el futuro del país a las puertas de los Juegos Olímpicos. Pero su persecución del asesino, en solitario y al margen de la policía, se interrumpe en cuanto Birgitta siente en la nuca el aliento frío de quienes quieren acabar con su vida.


Mi opinión.

“El chino” no es solo una novela negra.  Si bien parte con un presupuesto de ese tipo con los diecinueve cadáveres hallados en un pequeño y tranquilo pueblo de Suecia, el verdadero hilo conductor de la trama lleva consigo mismo una importante carga histórica, por un lado, y político-social por otro. 

Histórica cuando Mankell nos narra cómo miles de chinos fueron prácticamente secuestrados y enviados a Estados Unidos en el siglo XIX para trabajar en la construcción del ferrocarril. 

Y político-social cuando, volviendo a la actualidad y trasladando al lector a China, nos muestra algunas claves de la sociedad de ese país, retrotrayéndose al mismo tiempo a la época de Mao.

Para los que están acostumbrados a seguir las historias de Kurt Wallander es un cambio radical. Y los cambios no siempre son bien aceptados.

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