jueves, 30 de diciembre de 2021

El Cartero es una novela postapocalíptica con la dosis justa de optimismo.

Entre las "crónicas de la posbomba" se inscribe con especial relevancia esta novela de David Brin, científico y escritor de ciencia ficción, ya ganador de los premios Hugo y Nebula con "Las mareas de Kithrup" (1983).

El Cartero revela todo el sabor siniestro del trasfondo en el que se desarrolla la historia.

Una parábola postapocalíptica con la dosis justa de optimismo, que inspiró la película del mismo nombre dirigida y protagonizada por Kevin Costner.



Argumento.


Un conflicto nuclear, los Estados Unidos reducidos a un nivel preindustrial con pequeñas comunidades de supervivientes del largo invierno atómico que intentan reconstruir una forma aceptable de convivencia y civilización. Los villanos del día: los holnistas, una especie de secta militar-feudal que aspira a subyugar violentamente la mayor parte posible del mundo renacido. Y dentro de todo esto "El Cartero", Gordon Krantz, un vagabundo cuentacuentos que, por llevar un viejo uniforme recuperado del cadáver de un cartero, se convierte en un símbolo de esperanza en el retorno del "viejo mundo", de los Estados Unidos reconstituidos.

Atrapado en su propio juego, Gordon se hace pasar por inspector de correos, y poco a poco reconstruye una estructura de comunicación y espera, llegando a enfrentarse a los holnistas en una resistencia desesperada. ¿Un "constructor de personas" entonces? En cierto modo, sí: Gordon tiene claros los criterios para renacer: su propia responsabilidad ("¿Qué pasa con estos niños tontos?" "¿Por qué no hay nadie en alguna parte que asuma la responsabilidad de poner las cosas en su sitio? Yo le ayudaría..."), una autoridad a la que seguir, un vínculo comunitario creciente, una tarea (reconstruir el Sistema Postal en un mundo de comunicaciones rotas). Los límites de su acción residen en el hecho de que es una ilusión que mantiene viva la esperanza (los Estados Unidos reconstituidos no existen, no hay un Sistema Postal en marcha), y que la esperanza se agrega en torno a las instituciones, como en una Edad Media ávida de insignias imperiales a las que rendir homenaje por su propia seguridad. La novela ha sido recientemente llevada al cine por Kevin Costner, pero éste ha alterado notablemente la historia, empantanándose en la prolijidad y el sentimentalismo. Incluso la obra original no está libre de esto último, pero tiene un horizonte ideal mucho más significativo.

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